viernes, 25 de marzo de 2011

Manuel continúa combatiendo vivo, por Dax Toscano Segovia


E
l ejército y el Estado colombiano siempre han tenido como uno de sus objetivos principales acabar con la vida del guerrillero Manuel Marulanda Vélez. Pero aún después de muerto, por muerte natural, Manuel, el Viejo querido, sigue burlándose de las intenciones de quienes han pretendido y pretenden asesinarlo destruyendo lo más preciado que él dejó: su ejemplo y su condición indiscutible de ser el héroe de la insurgencia de la Colombia de Bolívar.  Estas fieras, sintiéndose impotentes ante el fracaso de ultimar al legendario guerrillero, hoy andan tras la búsqueda de su cadáver. No se pueden explicar las bestias criminales del Estado fascistoide colombiano cómo el legendario revolucionario siempre ha podido sobrevivir a sus ataques. Y no podrán explicar jamás, porque jamás podrán sentir el profundo amor del pueblo,  cómo, a pesar de su muerte, Tirofijo sigue más vivo que el sol, porque como dice una hermosa canción fariana, Manuel no morirá, pues nadie puede matar la luz, el aire o la vida.
Eso es lo que al imperialismo yanqui y a criminales de la calaña de Uribe, de Santos, de Padilla les atemoriza. Y es lógico, porque pese a la brutal campaña de propaganda contra la figura de Manuel Marulanda y de la organización revolucionaria de la cual él fue su Comandante en Jefe, las FARC-EP, el insigne guerrillero, al igual que el Che, sigue vivo en la memoria de obreros, campesinos, artistas, escritores, estudiantes, jubilados, amas de casa que hoy luchan contra un enemigo mil veces más poderoso en armamento y en el uso de la tecnología militar, pero infinitamente más débil y pequeño en su accionar ético y político.
Manuel Marulanda está presente. Nadie puede ocultar esta verdad objetiva. Y eso le duele al fascismo y al imperialismo. No soportan esta realidad. Como perros rabiosos expelen espuma de odio y venganza; como lobos hambrientos necesitan encontrar a sus víctimas; como los seres deleznables que son vociferan contra aquellas y aquellos que, a pesar de la brutal represión y del terrorismo desatado por el Estado narcoparamiliar colombiano, la CIA y el Mossad, han decidido rendir diaria, cotidiana y permanentemente un sincero homenaje a Tirofijo.
Andan irritados porque un grupo de hombres y mujeres dignos, al cumplirse seis meses de la desaparición física de Manuel Marulanda, decidieron lanzar un libro, inaugurar una plaza y develar un busto en honor del héroe de la revolución colombiana y latinoamericana. No les agrada la idea de que un colectivo de escritores e intelectuales como la querida Celia Hart, quien recientemente falleciera en un accidente de tránsito, hablen positivamente de Manuel. Saben que las ideas son un arma poderosa de combate contra la alienación cuando calan profundamente en la mente de la clase trabajadora. Tampoco les gusta, acostumbrados como están a rendir culto al dinero, al consumo, al mercado o a sus héroes ideados e imaginados en sus mentes macabras como Superman, Batman o Terminator, que un artista haya hecho un busto del hombre modesto, sin pretensiones de ninguna clase que fue Manuel Marulanda. Jamás podrán aceptar que el pueblo de ese barrio combativo y solidario de la parroquia 23 de enero en Caracas, a través de la Coordinadora Cultural Simón Bolívar, conjuntamente con la Coordinadora Continental Bolivariana, hayan construido una plaza para albergar a esa hermosa obra artística, no solo por su calidad estética, sino por el valor humano que ella encierra.
Manuel se caracterizó por ser un hombre modesto, sin poses de superioridad sobre el resto. Revolucionario inclaudicable, jamás se dejó obnubilar por las delicias emanadas del uso indebido del poder con el objetivo de satisfacer intereses individuales o de una camarilla determinada. Siempre opuesto al culto a la personalidad, el Viejo querido rechazó los halagos y las ceremonias aduladoras que tanto gustan a los corruptos gobernantes de la Casa de Nariño, a la oligarquía proyanqui y a los mismos cabecillas del imperio.
Encolerizado  frente a estos actos de solidaridad con la lucha del hermano pueblo colombiano, el régimen de Uribehitler emitió una nota de protesta al gobierno venezolano por la realización del homenaje a Manuel Marulanda, documento en el cual califican a Tirofijo como terrorista.  El cinismo es tal que expresan sin distinciones de ninguna naturaleza que todo el mundo ha rechazado dicho homenaje. Cuan falsa y contradictoria será ésta afirmación que ni siquiera los medios colombianos como RCN o Caracol pudieron dejar de cubrir este evento donde se expresó con alegría combativa el cariño a Manuel aunque, como es obvio, el material recogido por estos canales de televisión será tergiversado y, además, utilizado por la inteligencia colombiana para criminalizar a quienes participaron en dicho evento; así como para señalarlos como objetivos militares para su posterior persecución y asesinato como lo han pretendido hacer con Narciso Isa Conde y Carlos Casanueva. Estos hipócritas que hablan de asesinatos y crímenes de las FARC-EP, que se reúnen con sus aliados paramilitares, grupos de delincuentes como “Las águilas negras” a los cuales ellos mismos pertenecen y que han sido los causantes de la muerte de miles de campesinos, sindicalistas, trabajadores y dirigentes de izquierda, quisieran erigir en la misma Plaza de Bolívar un monumento a Pinochet o a Bush.
Una vez más el discurso oficial del uribismo señalará a los luchadores sociales, a los revolucionarios como terroristas, siendo los terroristas ellos, los paramilitares y el régimen criminal que impera en EEUU.
La lucha no podrá ser detenida con amenazas, persecuciones o incluso el asesinato de hombres y mujeres implicados con la insurgencia ya sea militar o políticamente o como parte de un amplio movimiento de solidaridad que reivindica el derecho de los pueblos a la insurgencia armada mientras exista un Estado capitalista donde los oligarcas, con el respaldo del imperialismo yanqui, crean ser los únicos poseedores del derecho a ejercer la violencia y a utilizar todos los mecanismos para seguir manteniendo su poder y sus privilegios de clase.
No se puede admitir la estigmatización negativa de todas y todos quienes respaldan a las FARC-EP.  Si el régimen narcoparafascista de Uribe continúa con su histeria persecutoria, tendrá que empezar acciones judiciales y operativos para secuestrar y asesinar no a uno, sino a cientos y  miles de personas que hoy se levantan para decirle: Uribe fascista, usted es el terrorista.
Al contrario de lo que pretenda el Estado mafioso colombiano y el imperialismo yanqui amedrentando al pueblo con todos los mecanismos criminales que posee a su alcance, la lucha continúa y continuará,  porque como dicen los hermanos de las FARC-EP: ¡hemos jurado vencer y venceremos! Para quienes están implicados con la insurgencia, las ganas de luchar son cada vez mayores.
Ya no sólo será un homenaje, serán miles y las plazas, las avenidas se llenarán con efigies del Che, de Manuel Marulanda, de las FARC-EP. En las imprentas se producirán cientos de miles de libros de Carlos Marx, de Federico Engels, de Vladimir Lenin, de León Trotsky, del Che, de Fidel Castro, de Iván Márquez. En los seminarios estarán más expositores de la calidad humana e intelectual de Narciso Isa Conde o Iñaki Gil de San Vicente. El pueblo hará más poesías, más música, más obras de arte en defensa de la revolución y sus héroes.  Y cuando se alcance la victoria final, como dijo Salvador Allende, se abrirán las alamedas por donde transiten los hombres y las mujeres libres para construir una sociedad mejor: el socialismo, como etapa inicial hacia el comunismo. 
Para lograr lo expresado hay que fortalecer la unidad de los revolucionarios, derrotar a los reformistas y a los burócratas, trabajar con más fuerza y preparación para desarrollar una mejor táctica y estrategia militar, prepararse teóricamente para ganar la batalla de ideas y ser más consecuentes con el pueblo para forjar un proyecto verdaderamente democrático y humano.
A pocos días de cumplirse un año más del asesinato del guerrillero heroico, Comandante Ernesto Che Guevara, el enemigo debe saber que los fusiles y los libros guerrilleros seguirán en pie de lucha para derrotar al odioso imperialismo y a las oligarquías vendepatrias.
El 26 de marzo, hoy declarado día internacional de la Insurgencia revolucionaria, será el momento preciso para recordarles a los enemigos de los pueblos que mientras exista la injusticia social, la represión, estos tendrán derecho a luchar hasta vencer ese mundo oprobioso en el que ha sumido a la humanidad el capitalismo.
Mientras, la montaña, las fábricas, las aulas y las urnas seguirán siendo el escenario de lucha para derrotar a los enemigos de la clase trabajadora.

Quito, 29 de septiembre de 2008

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